Las obturaciones dentales metálicas se acostumbraban a colocar como recurso habitual hace años, pensando que eran la mejor opción cuando el diente sufría una lesión. Con el tiempo se ha visto que estas obturaciones, hechas de una aleación de metales, pueden provocar problemas de salud por su toxicidad. Uno de sus principales componentes es el Mercurio, elemento altamente perjudicial para el medio ambiente y el ser humano. Muchas personas llevan en boca este tipo de obturaciones desde hace muchos años. Para extraerlos, es imprescindible seguir una metodología que minimice el riesgo de intoxicación en el momento de la extracción, tanto por el paciente como por el personal sanitario, que se expone a diario en esta práctica.
Por eso seguimos un protocolo a base de tratamientos previos con quelantes de metales y diferentes suplementos, que ayudan a regular y limpiar el cuerpo antes de la intervención.
También aconsejamos medidas higiénico-dietéticas durante los días previos y después de la extracción, y protegemos al paciente durante el procedimiento con un aspirador especial por los humos y aerosoles generados al extraer las amalgamas, diques de contención bucales, máscaras de gas, etc. protegiéndonos a todos.
También es necesario respetar los tiempos de extracción entre obturación metálica y obturación para que no haya una sobrecarga tóxica y nuestro cuerpo pueda ir eliminando tóxicos.
La IAOMT determinó un protocolo base de extracción de amalgamas metálicas de forma segura que nosotros seguimos, adaptándolo a las necesidades individuales de cada paciente. Las amalgamas metálicas dentales se pueden extraer sin problema, y es una manera factible de eliminar la sobrecarga tóxica e interferencias del cuerpo, pero es un procedimiento que siempre recomendamos que se realice de forma segura para todos y todas.
